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- Escrito por RICARDO AUGUSTO RAMIREZ RIVAS
- Categoría: Eventos y Noticias Externas
- Publicado: 27 Febrero 2017
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Mensaje del rector Raúl Alberto Casanova Ostos en la fecha conmemorativa del 43 aniversario de la universidad y 35 de su grado académico
Hace algunos años atrás he hecho referencia a los testigos mudos de la historia de nuestra Universidad, a los símbolos que se convirtieron en nuestra bandera, a la historia de la imagen pétrea de nuestro maestro fundador “Prof. Lorenzo Monroy”, y a como han crecido los árboles de nuestro campus.
En muchas ocasiones he apelado al “baúl de los recuerdos” para rememorar muchos de los hechos que han quedado plasmados en las páginas imborrables de nuestra naciente historia. Siempre ha sido un ejercicio refrescante repasar los papeles en donde he garabateado notas diversas y en donde he ido consignando pensamientos, reflexiones, proyectos, nombres de personas y lugares, acontecimientos memorables, fechas, personajes inolvidables en fotos, no solo para evocarlos con nostalgia sino para ubicarlos en el tiempo y el espacio.
Cuando se sueña se entrecruzan los recuerdos y no se sabe dónde empieza o dónde terminan unos y otros. Así, el recuerdo de unos padres y una familia maravillosa, o el recuerdo de nuestras vacaciones a la orilla de Rio Lobaterita en donde empezamos a darnos cuenta que el agua y las piedras; los árboles, los naranjos, mandarinos y chirimoyos; las vacas, caballos y abejas, pertenecían a los reinos mineral, vegetal y animal, y que nosotros formábamos parte del reino animal; todo un enredo pero que me sirvió para decidir por mi futuro profesional e ir armando poco a poco ese rompecabezas para aprender a entender la naturaleza que nos rodeaba, pero también para soñar.
Soñaba con tener una bicicleta que nunca tuve. Soñaba con ser Perito Agropecuario o Ingeniero y la UNET me dio el título de Zootecnista y luego de Ingeniero de Producción. Soñaba con ser un Investigador en mi área y la UNET me ayudo a lograrlo. Soñaba con tener y manejar un carro, hasta que con mi trabajo y sueldo en la UNET compré un carro viejo, un Hornet modelo 87. De tanto vivir en arriendo soñaba con tener una vivienda propia, aunque yo me conformaba con tener “un ranchito” donde entrara la luz del sol y escuchara los grillos de la noche, hasta que la pudimos comprar. Soñaba con tener hijos y Dios me dio 4; soñaba con escribir un libro y pude concretar dos, y allí se realizó mi sueño.
En mi juventud aun con mi deficiencia óptica me devoré los libros de Julio Verne soñaba con recorrer el mundo en 80 días. También soñé con pasearme por la Gran Sabana, Los Médanos de Coro, el Alto Apure, la Isla de Margarita; ir al Estadio Maracana, conocer las playas de Ipanema y Cancún, la Bombonera, el Eje Cafetero, la Mezquita de Córdoba, la Rivera francesa y la Torre Eiffel, o el continente de los animales salvajes leyendo las Memorias de África de Karen Blixen. Soñaba con asistir a los más importantes eventos de mi área de conocimiento y logre asistir a cinco Congresos Mundiales y unos 36 Congresos internacionales Ahora, cuando tengo acumuladas tantas experiencias y miles de kilómetros de viaje por los caminos de mi tierra y del mundo o los cielos abiertos al infinito, tengo que declarar que he hecho realidad muchos de esos sueños, con una inigualable compañera de viaje como lo es la Universidad Nac Experimental del Táchira.
Tuve la libertad y el apoyo para leer y soñar, gracias a unos padres, hermanos, a mis maestros y profesores que valoraron mis inquietudes y deseos por aprender, por conocer, por crecer, por sobresalir, por llegar muy lejos.
Seguí buscando en ese cajón y al fin encontré el sueño de la educación. Estaba marcada con un gran título que decía “vocación”. Al momento caí en cuenta que no había sido algo fortuito: bachiller en zootecnia y luego el haber sido uno de los estudiantes fundadores de UNET, el haberme dedicado a alfabetizar cuando era universitario, a ser Docente cuando regresé de Valencia-Carabobo; luego de mi primera experiencia laboral, a ser académico, a ser Decano de Investigación (históricamente por tres periodos consecutivos) y Rector. Por eso este 27 de febrero, viendo este campus lleno de muchachos y recuerdos, que es lindo soñar, pero es más lindo cuando el sueño se vuelve realidad.
Ah! Se me olvidaba….también encontré los sueños inalcanzables y los que no me dejaron dormir…. como aquellos en los primeros años de esta universidad cuando viajaba todos los días pidiendo “cola” desde San Pedro del Rio, mi trabajo de Vigilante de Transito, cuando trabajábamos con las uñas y luego nos tocaba pedir dinero prestado para pagar el arriendo de las residencias. Pero hay otros, que intermitentemente aparecen, como luchar contra la violencia, la guerra y soñar con la paz.
Cuando en mis horas de meditación pienso en los miles de alumnos que en 43 años han pasado por esta Universidad y los casi 19.000 colegas egresados, también rememoro todo el esfuerzo que se ha hecho y se hace desde nuestras aulas y laboratorios para estimular sus aptitudes, cuántos de ellos tuvieron unos profesores que desde los primeros semestres se preocuparon por formarlos para la vida. A cuantos se les han permitido despertarles la curiosidad y la capacidad de asombro ante la incertidumbre, se les ha infundido optimismo, los han incentivado a asumir los retos con entusiasmo, a ser libres pero responsables, a ser creativos, a ser tolerantes, a ser propositivos, a ser exitosos, a ser buenos ciudadanos, a organizar un proyecto vida.
En una palabra: aquí si los alentaron para que soñaran con un futuro promisorio en un país en paz. Porque la paz como aspiración colectiva se construye con el esfuerzo de todos los venezolanos y el aporte intelectual de los de mayor nivel educativo porque tienen, y porque tenemos, un mayor compromiso social.
Hoy tenemos la fortuna de contar con la presencia de los amigos más preclaros de esta casa de estudios, y por eso aprovechamos esta efeméride para rememorar a quienes nos han ayudado en la tarea de hacer realidad este sueño y mantener la Universidad dentro de ese sueño. En primer lugar a quienes han sido solidarios y han manifestado un alto sentido de pertenencia, así como los que dedicaron y le han dedicado toda una vida a esta construcción colectiva.
En este Día, reciban una calurosa felicitación en este 43 aniversario de la UNET, institución indisolublemente ligada a las luchas de nuestro pueblo, primero por alcanzar su dignidad e independencia y luego, a lo largo de más de 43 años, por defender nuestras conquista y contribuir en la construcción de nuestro Estado y un país mejor.
Este nuevo año tenemos muchas razones para multiplicar nuestro júbilo. Hemos demostrado al mundo, cuatro décadas de dignidad, fe, esperanza, resistencia y resiliencia.
Ustedes queridos miembros de la comunidad unetista, han estado a la vanguardia de estas luchas. Además han hecho posible que la Universidad siga siendo un fundamento clave de nuestra cultura, lugar de cultivo de las ciencias, depositaria del saber, espacio de realización del ideal ilustrado de que el conocimiento es superior a la ignorancia y hace mejores a los hombres. De tal manera que esta conmemoración es de ustedes, que han acompañado a la dirección histórica de la Universidad y hoy se preparan para, en cualquier escenario, preservar nuestra Autonomía, Libertad, Democracia, Pluralidad, Independencia, y construir una nación prospera.
Así, quiero invitar: a los alumnos para que aprovechen la oportunidad de pertenecer a la mejor universidad del país; A sus Egresados, a seguir colocando en el más alto pedestal los valores e ideales forjados y retornar de alguna manera lo dado por ella. A los colegas profesores, empleados y obreros, sigan trabajando con la dedicación y compromiso como lo han hecho hasta ahora.
Finalmente, en el estilo de Amado Nervo puedo hoy decir: «En esta universidad se estudia, se trabaja, se piensa, se investiga y se genera conocimiento, se forjan valores, también se lucha…..pero sobretodo aquí… se ama y se respeta; todo en concordancia con lo genuinamente denominado gentilicio tachirense »...
¡¡Somos del Táchira su Universidad!!
Su Rector y Amigo de Siempre
Raúl Alberto Casanova Ostos